El mundo es de colores, donde hay luz, hay color. La
percepción de la forma, profundidad o claroscuro está estrechamente ligada a la
percepción de los colores. El color en sí no existe, no es una
característica del objeto, es más bien una apreciación subjetiva nuestra. Por
tanto, podemos definirlo como, una sensación que se produce en respuesta a la estimulación
del ojo y de sus mecanismos nerviosos, por la energía luminosa de ciertas
longitudes de onda.
El color es pues un hecho de la
visión que resulta de las diferencias de percepciones del ojo a distintas
longitudes de onda que componen lo que se denomina el "espectro" de
luz blanca reflejada en una hoja de papel. Lo que ocurre cuando percibimos un objeto de un
determinado color, es que la superficie de ese objeto refleja una parte del
espectro de luz blanca que recibe y absorbe las demás.
La Teoría del Color es un grupo de
reglas básicas en la mezcla de colores para conseguir el efecto deseado
combinando colores de luz o pigmento. La luz blanca se puede producir
combinando el rojo, el verde y el azul, mientras que combinando pigmentos cian,
magenta y amarillo se produce el color negro.
En su
teoría del color, Goethe propuso un círculo de color simétricoLa mezcla de colores luz, normalmente rojo, verde y azul (RGB, iniciales en inglés de los colores primarios), se realiza utilizando el sistema de color aditivo, también referido como el modelo RGB. Todos los colores posibles que pueden ser creados por la mezcla de estas tres luces de color son aludidos como el espectro de color de estas luces en concreto. Cuando ningún color luz está presente, uno percibe el negro. Los colores luz tienen aplicación en los monitores de un ordenador, televisores, proyectores de vídeo y todos aquellos sistemas que utilizan combinaciones de materiales que fosforecen en el rojo, verde y azul.
Se debe tener en cuenta que sólo con unos colores "primarios" ficticios se puede llegar a conseguir todos los colores posibles. Todos los colores "primarios" perfectos son completamente imaginarios, lo que implica que todos los colores primarios que se utilizan en las mezclas son incompletos o imperfectos.
La Teoría del color que propone Wilhelm Ostwald consta de cuatro sensaciones cromáticas elementales (amarillo, rojo, azul y verde) y dos sensaciones acromáticas las cuales son intermedias.
El círculo cromático suele representarse como una rueda dividida en doce partes. Los colores primarios se colocan de modo que uno de ellos esté en la porción superior central y los otros dos en la cuarta porción a partir de esta, de modo que si unimos los tres con unas líneas imaginarias formarían un triángulo equilátero con la base horizontal. Entre dos colores primarios se colocan tres tonos secundarios de modo que en la porción central entre ellos correspondería a una mezcla de cantidades iguales de ambos primarios y el color más cercano a cada primario sería la mezcla del secundario central más el primario adyacente.
Los colores armónicos son aquellos que funcionan bien juntos, es decir, que producen un esquema de color sensible al mismo sentido, esto es, la armonía nace de la percepción de los sentidos, y a la vez esta armonía retroalimenta al sentido haciéndolo lograr el máximo equilibrio que es hacer sentir al sentido. El círculo cromático es una valiosa herramienta para determinar armonías de color.
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